Historia de Nuestro Jardín
“El Elefante Trompita”
El Jardín "El Elefante Trompita" comenzó a funcionar en el mes de marzo de 1979 respondiendo a la necesidad de una guardería para los/as hijos e hijas de los/as empleados/as del, por ese entonces, Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca. Se cedieron unas oficinas que fueron adaptadas para tal fín.
Con el tiempo, debido a la creciente demanda, se destinó una sección entera del edificio; "El anexo jardín".
En un principio la institución tenía un carácter esencialmente asistencial, por lo que no se exigía título docente.
Con el tiempo se extendió la prestación del servicio de guardería al personal de organismos autárquicos y descentralizados: SENASA, INTA, INASE Y ONCCA.
A partir de la década del 90, siendo Secretaría de Agricultura, se inició un largo proceso de transformación que llega hasta la actualidad convirtiéndolo en un Jardín Maternal con claros objetivos pedagógicos.
En enero de 2001 el jardín se trasladó al edificio de Azopardo donde funciona desde entonces hasta la actualidad, consiguiendo un inmueble propio para uso exclusivo, más amplio, moderno, seguro y apropiado para dicho fin.
En mayo de 2005 se logra que todo el personal de la institución, ya en ese entonces idóneo y profesional, esté bajo un régimen laboral con relación de dependencia y mayor estabilidad.
En el 2009 la Secretaría de Agricultura pasa a ser nuevamente Ministerio, por lo que la planta de trabajadores y trabajadoras se incrementa de manera categórica acrecentándose significativamente también la demanda de vacantes. La capacidad del jardín no podía dar respuesta a todos los agentes y las listas de espera eran cada vez mayores, por lo que se decide abordar una gran obra de ampliación.
El 3 de febrero de 2014 la Escuela Infantil reabrió sus puertas con una capacidad que superaba el doble de la anterior.
Actualmente cuenta con una planta Profesional Docente de calidad que continúa trabajando para cumplir con el objetivo de ser una Escuela Infantil, con una función que va más allá de lo asistencial, pretendiendo ayudar al niño y a la niña en su proceso de desarrollo físico, afectivo, intelectual y social, considerando al juego como esencial para lograr un aprendizaje significativo y globalizado, respetando la diversidad y entendiendo que cada niño/a es único/a, tanto física, espiritual como intelectualmente, atendiendo a sus intereses y necesidades como sujeto cultural de derecho que aprende y aprehende.
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